viernes, 20 de noviembre de 2009

SIETE COLINAS DE ROMA


Las siete colinas de Roma son una serie de promontorios que históricamente han formado el corazón de la ciudad de Roma. Situadas al este del río Tíber, este conjunto geográfico ha protagonizado numerosísimos pasajes literarios y son una referencia muchas veces repetida en la cultura popular. Las otras siete pequeñas colinas son hoy en día Cermalus, Cispius, Fagutal, Oppius, Palatium, Sucusa y Velia.
Inicial y tradicionalmente, las siete colinas fueron ocupadas por pequeños asentamientos que se agruparon y formaron una ciudad conocida como «Roma». Los ciudadanos de las siete colinas comenzaron a participar en una serie de juegos religiosos que unieron a los grupos. La ciudad de Roma nació por tanto una vez que los asentamientos comenzaron a drenar los valles pantanosos que los separaban y convirtiéndolos en mercados y foros.

Monte Palatino
El monte Palatino forma parte de la llamada Roma Quadrata. El Palatino es la más céntrica de las siete colinas de Roma y es una de las partes más antiguas de la ciudad. Se alza a 40 metros sobre el foro romano. En ella está el origen etimológico de la palabra «palacio» en muchas lenguas (Palazzo italiano, palace inglés, palais francés)
Roma tiene sus orígenes en el Palatino. De hecho, excavaciones recientes en la zona muestran que la gente ha vivido aquí desde aproximadamente el año 1000 a. C.
Colina Capitolina
La Colina Capitolina (Capitolinus Mons), entre el Foro y el Campo Marcio o de Marte, es una de las más famosas y altas de las siete colinas de Roma.
La Colina Capitolina está también unida a la historia siniestra de Roma. En ella se encontraba el peñasco desde el que, según la leyenda, durante la guerra con los sabinos, arrojaron a la virgen vestal Tarpeya, hija de Espurio Tarpeyo y que colaboró con Tito Tacio para que los sabinos entraran en la ciudad, siendo la primera persona que pagaba el crimen de traición cayendo a las escarpadas rocas que había abajo.
El propio Bruto y otros de los que tomaron parte en el asesinato de Julio Cesar se refugiaron dentro del templo de Júpiter Optimus Maximus de la colina, a la que el propio Julio Cesar había acudido de rodillas seis meses antes como muestra de sumisión a Júpiter tras sufrir un accidente durante la celebración de su Triunfo y que se entendió como un presagio de que el dios no aprobaba sus acciones en la guerra civil.
Quirinal
El Monte Quirinal (en latín Collis Quirinalis) es una de las siete colinas al noreste de Roma. Su nombre es un homenaje al dios romano Quirino. Es también el nombre de la residencia oficial del primer ministro. Durante algún tiempo fue llamado también Monte Cavallo.
Monte Celio
El Monte Celio o la Colina de Celio (en latín: Collis Caelius, en italiano Celio) es una de las siete colinas de Roma.
Bajo el reinado de Tulio Hostilio, la población del Lacio de Alba Longa fue forzada a establecerse en el monte Celio. La tradición que narra Tito Livio cuenta que la colina recibió el nombre de Celio Vibenna, bien por establecer un campamento allí o bien porque su amigo Servio Tulio se lo dedico en su honor a su muerte.
Monte Aventino
El monte Aventino es una de las siete colinas sobre las que se construyó la antigua Roma. Constituyó un punto estratégico en el control del comercio sobre el río Tíber, siendo completamente fortificada en el año 1000.
La colina es hoy una elegante zona residencial de Roma arquitectónicamente muy rica. Pertenece al rione de Ripa.
Esquilino
El Esquilino (lat. Esquiliae o, más tarde, Mons Esquilinus) es una de las siete colinas de la Antigua Roma. Dio su nombre a una de las cuatro regiones (junto con la Suburbana, Colina y Palatina) en las que se dividió la ciudad en época republicana.
Viminal
La Colina Viminal (Latín Collis Viminalis, Italiano Viminale) es la más pequeña de las famosas siete colinas de Roma. Una escultura en forma de dedo apunta hacia el centro de Roma, entre el Quirinal al noroeste y el Esquilino al sudeste, hogar del Teatro dell'Opera y de la Estación de Ferrocarril Termini.

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